En el “Límite”, han recurrido al ritmo de ajechao salmantino -con los panderos cuadrados de Pablo Martín- y a la chacarera argentina para los estribillos, dos ritmos que comparten la magia de la música de ida y vuelta, y un mismo origen: los sonidos norteafricanos que enriquecieron nuestras fronteras. El kaval, flauta étnica de origen balcánico, y las cuerdas, completan este viaje musical repleto de influencias. “Es una canción que sonoramente pertenece a varios lugares a la vez, y al mismo tiempo a ninguno en particular y eso disparó otra de las lecturas de la letra: el tema de los desplazados, los límites y la búsqueda constante de un hogar”.
Guitarricadelafuente pone voz a este grito en defensa la libertad que invita a romper los prejuicios culturales y que parece especialmente diseñado para superar todos los límites de la imaginación.
En el “Límite”, han recurrido al ritmo de ajechao salmantino -con los panderos cuadrados de Pablo Martín- y a la chacarera argentina para los estribillos, dos ritmos que comparten la magia de la música de ida y vuelta, y un mismo origen: los sonidos norteafricanos que enriquecieron nuestras fronteras. El kaval, flauta étnica de origen balcánico, y las cuerdas, completan este viaje musical repleto de influencias. “Es una canción que sonoramente pertenece a varios lugares a la vez, y al mismo tiempo a ninguno en particular y eso disparó otra de las lecturas de la letra: el tema de los desplazados, los límites y la búsqueda constante de un hogar”.
Guitarricadelafuente pone voz a este grito en defensa la libertad que invita a romper los prejuicios culturales y que parece especialmente diseñado para superar todos los límites de la imaginación.